La Pascua, una de las celebraciones más antiguas y simbólicas del mundo, va mucho más allá de los tradicionales huevos de chocolate y los simpáticos conejitos. Sus orígenes se remontan a tiempos antiguos, con raíces tanto en tradiciones cristianas como en rituales paganos que celebraban la fertilidad y la llegada de la primavera. En muchos países diferentes, esta fecha se transforma en festividades únicas, llenas de significado, rituales religiosos y costumbres curiosas, que varían desde solemnidades silenciosas hasta eventos animados que toman las calles.
En algunas partes del mundo, la Pascua adquiere un carácter profundamente espiritual, marcado por procesiones religiosas y recreaciones de la Pasión de Cristo, que recuerdan los últimos momentos de Jesús. Mientras que en otras regiones, la festividad adquiere contornos más lúdicos, donde las familias y las comunidades se unen para compartir comidas, regalar huevos decorados y participar en juegos tradicionales, como la búsqueda de huevos. La fecha también lleva consigo un fuerte aspecto cultural, reflejado en diferentes manifestaciones artísticas, gastronómicas y simbólicas, que cambian de país a país, pero que siempre traen consigo una sensación de renovación y esperanza.
Ya sea en las abarrotadas iglesias del Vaticano, en los vibrantes mercados de América Latina o en los coloridos festivales de Europa y Asia, la Pascua sigue siendo un momento para conectar a las personas y sus historias. Más allá de las diferencias entre culturas, la festividad refuerza valores universales como la unidad, la gratitud y los nuevos comienzos. ¿Qué tienen en común todas estas tradiciones? La Pascua siempre trae consigo renovación, ya sea en la fe, en las costumbres o en el modo como cada sociedad expresa su identidad al celebrar esta época del año.
España: intensas procesiones y dramas religiosos

La Semana Santa en España es un espectáculo en sí misma. De hecho, calles y plazas se transforman en auténticos escenarios teatrales, donde las cofradías religiosas organizan procesiones solemnes y dramáticas. Las ciudades de Sevilla y Málaga son conocidas por sus impresionantes representaciones, que mezclan fe y tradición.
Hombres vestidos con largas túnicas y capuchas puntiagudas, conocidos como “nazarenos”, llevan palanquines ricamente decorados, que representan escenas de la Pasión de Cristo. Además, la música en vivo acompaña cada procesión, que varía entre tonos melancólicos y grandiosos. El silencio absoluto durante algunos momentos de las caminatas crea un ambiente de respeto y emotividad, que enfatiza la profundidad espiritual de esta celebración.
Italia: El Papa, la Plaza de San Pedro y la comida sagrada

El Vaticano es el corazón de la Pascua para millones de católicos. Así, cada año, miles de fieles se reúnen en la Plaza de San Pedro para seguir la bendición “Urbi et Orbi”, impartida por el Papa el Domingo de Pascua. La ceremonia es uno de los eventos religiosos más vistos del mundo y se transmite a varios países.
En la gastronomía italiana, la Pascua se celebra con la “Colomba Pasquale”, un pastel con forma de paloma, que simboliza la paz y la resurrección. Además, otro plato típico es la “Torta Pasqualina”, un pastel relleno de ricotta, espinacas y huevos, que representa la renovación de la vida.
Francia: el silencio de las campanas y la tortilla gigante

En Francia, las campanas de las iglesias permanecen en silencio entre el Viernes Santo y el Domingo de Pascua como señal de duelo por la muerte de Cristo. Según la tradición, estas campanas “viajan” a Roma y, a su regreso, traen chocolates y dulces para los niños.
Por otro lado, otra curiosa costumbre tiene lugar en la ciudad de Bessières, donde los habitantes preparan una tortilla gigante con más de 15 mil huevos. La tradición se remonta a Napoleón Bonaparte, quien, tras una estancia en la ciudad, ordenó preparar una enorme tortilla para alimentar a todo su ejército.
Alemanha: árvore de ovos e fogos de páscoa

Aunque muchos asocian el árbol de Navidad con Alemania, pocos saben que también existe una tradición de árboles de Pascua, llamados “Ostereierbaum“. En estos árboles se cuelgan de las ramas huevos de colores, lo que simboliza la fertilidad y la renovación.
Otra costumbre popular es la quema de hogueras la noche del Sábado Santo. Así, esta práctica, conocida como “Osterfeuer”, tiene orígenes paganos y representa la victoria de la luz sobre la oscuridad, marcando la llegada de la primavera.
Suecia: Brujas de Pascua y tarjetas decoradas

Suecia celebra la Pascua de una manera muy diferente. Los niños se disfrazan de “brujas de Pascua” (en sueco, “påskkärring") y van de puerta en puerta pidiendo dulces, como en Halloween. Llevan ramas decoradas y reparten tarjetas navideñas a cambio de dulces.
El origen de esta costumbre proviene de la creencia de que, durante Semana Santa, las brujas volaban a una montaña mística para encontrarse con el diablo. Para ahuyentar a estos espíritus, los suecos encendían hogueras, una costumbre que aún sobrevive en algunas regiones del país.
Grecia: el juego de los huevos rojos

En Grecia, el huevo de Pascua tiene un significado especial. Mientras que en gran parte del mundo los huevos son de chocolate, en el país mediterráneo los huevos se tiñen de rojo para representar la sangre de Cristo. El domingo, las familias participan en un juego llamado “tsougrisma", donde cada persona golpea su huevo contra el otro. Quien quede con el huevo intacto al final tendrá suerte para el resto del año.
Otra tradición impresionante tiene lugar en la isla de Quíos, donde iglesias rivales organizan un espectáculo conocido como la “Guerra de los Cohetes”. En concreto, durante la madrugada del Domingo de Pascua, se lanzan miles de petardos entre dos iglesias, creando así un espectáculo visual surrealista.
Filipinas: Fe, sacrificio y representaciones conmovedoras

La Pascua en Filipinas es un momento de intensa celebración, marcado por una mezcla de devoción religiosa y festividades comunitarias. Así, durante Semana Santa, las ciudades se llenan de colorido y espiritualidad, con procesiones que atraen a miles de fieles. De esta manera, calles enteras se transforman en escenas vivas de fe, donde las imágenes sagradas son llevadas al son de canciones conmovedoras, creando un ambiente de unidad y reflexión.
Además, la Pascua filipina también es un momento para que la familia y los amigos se reúnan. Grandes comidas, con platos típicos como el “Pancit”, un fideo que simboliza larga vida, y el “Bibingka”, un pastel de arroz cocinado en hojas de plátano, tradicionalmente servido después de la misa, marcan el tono de la celebración. Otra tradición popular es la “Salubong", una representación que se realiza al amanecer del Domingo de Pascua, donde los fieles recrean el momento en que María se encuentra con Jesús resucitado. De esta manera, con danzas, música y atuendos festivos, este evento simboliza alegría, renovación y esperanza para todos los participantes.
Estados Unidos: búsqueda de huevos y tradición presidencial

En EEUU, la Pascua se celebra con la famosa búsqueda de huevos, en la que los niños recorren parques y jardines en busca de huevos de colores escondidos. Uno de los eventos más tradicionales tiene lugar en la Casa Blanca, donde el presidente y su familia organizan una carrera de huevos, conocida como “Easter Egg Roll“.
Además, muchas ciudades celebran desfiles temáticos, como el Desfile de Pascua en Nueva York, donde los participantes visten disfraces extravagantes y sombreros decorados.
Australia: dile adiós al Conejo de Pascua

Aunque el conejo es el símbolo universal de la Pascua, en Australia comparte espacio con el bilby, un pequeño marsupial amenazado de extinción. Para concienciar sobre la preservación de la fauna local, algunas empresas sustituyen el tradicional conejo por el “Bilby de Pascua”. en envases de chocolate.
La festividad también es famosa por las carreras de huevos y eventos comunitarios al aire libre, ya que en el hemisferio sur, la Pascua coincide con el otoño y las temperaturas agradables.
Brasil: fe, chocolate y celebración de la vida

La Pascua en Brasil mezcla fuertes tradiciones religiosas con el encanto del chocolate. El país, uno de los mayores consumidores de huevos de chocolate del mundo, también mantiene vivas las procesiones y recreaciones de la Pasión de Cristo, especialmente en las ciudades históricas de Minas Gerais y en el interior de São Paulo.
En ciudades como Ouro Preto y Congonhas, las calles empedradas están cubiertas de coloridas alfombras hechas de aserrín, flores y otros materiales naturales. Así, estas alfombras forman verdaderas obras de arte y sirven de recorrido para las procesiones, creando un emocionante espectáculo visual.
En el interior del país es común que grupos religiosos realicen la Pasión de Cristo, relatando los últimos momentos de Jesús. La más famosa de ellas tiene lugar en el teatro Nova Jerusalém, el mayor teatro al aire libre del mundo, ubicado en Brejo da Madre de Deus, Pernambuco. Así, el ambiente transporta al espectador a tiempos bíblicos, con escenarios grandiosos y cientos de actores.
Sin embargo, además del aspecto religioso, la Pascua brasileña tiene un fuerte atractivo gastronómico. Los huevos de chocolate, que surgieron como una adaptación moderna de los huevos pintados utilizados en muchas culturas, han alcanzado proporciones gigantescas en Brasil. Desde versiones rellenas hasta huevos de cuchara, la creatividad no tiene límites. Muchas familias mantienen la tradición de esconder huevos en la casa o el jardín, creando juegos para los niños la mañana del domingo de Pascua.
Otra costumbre presente en la mesa brasileña es el consumo de pescado, especialmente el bacalao, un plato heredado de la influencia portuguesa. Por ello, durante el Viernes Santo, muchas familias optan por recetas tradicionales, como el bacalao a Brás o a las Gomes de Sá.
Además, en Brasil, la Pascua representa renovación, unidad y alegría. Al combinar tradición religiosa, simbolismo y momentos familiares, la fecha refuerza valores como la solidaridad y la esperanza, convirtiéndose en uno de los períodos más significativos del calendario.
Una celebración, muchos significados
La Pascua puede tener raíces comunes, pero su significado y tradiciones cambian según la cultura de cada país. En algunas regiones refuerza la religiosidad y los ritos cristianos, mientras que en otras se manifiesta a través de festividades coloridas e incluso eventos inusuales.
Independientemente de cómo se celebre la fecha, la Pascua sigue siendo un tiempo de renovación, unidad y esperanza. Por tanto, cada costumbre, ya sea religiosa, festiva o gastronómica, lleva consigo un pedazo de la historia y la identidad de un pueblo. Después de todo, las tradiciones no sólo conectan generaciones, sino que también nos recuerdan que a pesar de nuestras diferencias, siempre hay algo que nos une.